domingo, 30 de noviembre de 2014

Capítulo 21


Antes de que llegue la aeronave que recoja el cadáver de la criatura, salgo corriendo para recuperar las mochilas, a pesar de vacilar unos instantes. Al acercarme compruebo que el niño está cubierto de moratones y que, efectivamente, no respira.
La imagen del cuerpo destrozado me provoca una gran sensación de angustia y sobre todo, culpabilidad. Aquellos ojos vidriosos que me observaban en la sala de entrenamiento, ahora no tienen brillo, se han apagado.
Me doy cuenta de que le aerogenerador se está aproximando, pero mi equipaje se encuentra oculto bajo el frágil cuerpo. Unas lágrimas de rabia e impotencia se me escurren por la mejilla, el aerogenerador se encuentra sobre mi cabeza y está soltando el gancho para recoger el cuerpo.
Horrorizado le doy la vuelta justo a tiempo, y recojo mis posesiones justo cuando el cadáver de aquel niño inocente al que no conocía se aleja en el cielo, hacia el interior de la aeronave. No puedo culparme, la culpa de todo esto no es mía, es del Capitolio.
Sigo avanzando hacia ningún lugar, dispuesto a ver que habrá al final de esto, deseo que haya un precipicio al que lanzarme y desaparecer de esta pesadilla, pero pienso en mi abuela y en que debo hacer ganar por ella.
Me aferro a la mochila como al último rayo de esperanza en este infierno terrenal, y me alejo corriendo sin mirar atrás, intentando escapar de la pesadilla

Catching Fire