domingo, 31 de agosto de 2014

Capítulo 18



En el cielo comienza a proyectarse una imagen difusa, el corazón me late deprisa y no puedo evitar sentir un temor agobiante por la muerte de uno de mis compañeros, especialmente si la fallecida ha sido Maysilee…
La imagen se muestra ya con suficiente claridad mientras suenan los últimos acordes del himno, que finaliza con un terrible estruendo y la imagen se desvanece.
En esos interminables segundos he podido visualizar el retrato de un rostro infantil, de semblante alegre y de mirada pedida…
El decimoquinto tributo caído es Lucy, la pequeña niña de doce años llena de vitalidad. Me siento culpable por no haberla protegido como me pidió su madre el día de la cosecha, al fin y al cabo la muerte de la chiquilla era inevitable y espero que no haya sido muy dolorosa.
En casa, la gente estará triste y a la vez rabiosa por la pérdida tan injusta de una criatura tan joven, pero es lo que les espera durante los días que dure este infierno camuflado bajo el nombre de “Los 50º Juegos del Hambre”.
Poco a poco voy cayendo víctima del sueño, mi mente está poblada de imágenes de mi abuela, de Kasia, de las verdes colinas del distrito 12… y por una vez en mucho tiempo me siento como en casa.
Un aullido me despierta en los primeros destellos del alba, intento incorporarme torpemente para ver de dónde ha venido el sonido pero algo me falla, doy un traspié con tan mala fortuna que hace que la rama cruja y me precipite hacia el suelo.

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