El impacto es terrible y por breves instantes hace
que me quede inconsciente, mi equipaje también se precipita y uno de mis
cuchillos cae a escasos milímetros de mi cabeza.
Intento incorporarme pero es inútil, tal vez me haya
facturado la muñeca. Tras varios intentos derivados en un punzante dolor, el
pánico se apodera de mí y empiezo a pensar que es el final, oigo pasos
aproximarse…
De repente, aparece de entre los arbustos uno de los
chicos del distrito 2 y me mira asombrado, sus compañeros no tardan en llegar y
siento como si me estuviese precipitando hasta la muerte.
Tras unos segundos que son interminables, Anhelem
levanta la enorme hacha dorada con la que se hizo en el baño de sangre, esto es
el fin, noto como el corazón se me encoje en el pecho y late cada vez más
deprisa. Estoy paralizado no sé si es a causa del pavor o de mi pierna herida
que me impide moverme y pronto también se paralizará mi corazón.
Cuando una terrible angustia me envuelve
mientras me preparo para el final, se oye
un estruendo, ha habido otra muerte.
En ese momento la chica baja el hacha y la guarda en
su cinturón, el chico del dos, Victor, dice:
-Daos prisa, el causante debe andar por allí, aún
podemos cogerlo.
-Pero ¿y este?- protesta la pequeña del grupo, la otra
chica del distrito 1-
-Dejaremos que la naturaleza haga su trabajo- dice
Anhelem mientras me pisa la mejilla con sus robustas botas.
En ese momento me invaden unas feroces ganas de
rebanarle el cuello pero el mínimo indicio solo podría ocasionarme problemas.
Así que comienzo a arrastrarme con los brazos hacia
unos arbustos a pesar del punzante dolor que siento
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